En la arquitectura, existe todo un mundo de factores a considerar y decisiones a tomar. Sin embargo, una de las cosas más importantes en la disciplina y que todo arquitecto debe tomar en cuenta es el estilo y el ornamento. Estos factores son los que dan vida y utilidad a la estructura. Además, tienen la capacidad de contar una historia y de hacer poesía a través de la arquitectura.
El estilo esta definido por la decoración, ya sea la presencia
o la falta de esta. Es un aspecto ligado a la memoria y al significado que le
damos a las cosas. Por otro lado, el ornamento es parte del sistema decorativo,
es decir crea el motivo y le da estilo al lugar. Ambos aspectos influyen tanto
en la belleza del lugar (un factor subjetivo), como en su utilidad y sistema
espacial. El estilo y el ornamento son aquello que más influye en nuestra percepción
de la estructura y nuestros sentimientos hacia la misma.
Además de las funciones mencionadas, la ornamentación tiene
la capacidad de contar una historia. A través de este aspecto de la
arquitectura, se logra convertir la estructura en poesía y darle sentido más
allá de ser una estructura. Un gran ejemplo del poder de la ornamentación son
las obras maestras de Antoni Gaudí. Por ejemplo, Casa Batlló narra la leyenda
sobre un dragón en la ciudad, a través de ornamentación que alude a las escamas
de la criatura y su espina dorsal.
En conclusión, el estilo y el ornamento son aspectos sumamente
importantes en la arquitectura. Son aquello que le da propósito, sentido, y
belleza a la estructura que diseñamos. El sistema decorativo va de la mano con
el espacial; es decir, influye directamente en el espacio, como lo percibimos y
como nos sentimos en él. Además, con el estilo y ornamentación, tenemos la
posibilidad de crear poesía con nuestra obra y hacer de nuestra arquitectura
mucho más que una edificación.
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