Las catedrales góticas construidas en la Europa medieval son una de las
maravillas de la arquitectura y uno de los mayores logros humanos en general. Con
el fin de crear una experiencia íntima con Dios en la tierra, y acercar al hombre
común al cielo, estas catedrales son el testimonio del gran impacto e
importancia que tenía la religión en esta época. Estas catedrales requerían la
labor de pueblos completos, tomaban casi 100 años para construir y fueron hechas
solo con herramientas de mano y piedra. Además, sus increíbles alturas y
paredes llenas de vidrio nos hacen cuestionar: ¿exactamente cómo fue que los arquitectos
e ingenieros medievales lograron su construcción?
Para crear el estilo gótico y alcanzar mayor luz, espacio y altura en el
interior de estas catedrales, los arquitectos medievales utilizaron mayormente
tres tecnologías arquitectónicas: el arco apuntado, la bóveda de crucería y el
arbotante volador. El arco apuntado permitió el uso de columnas esbeltas y
arcos altos y abiertos. Estos arcos de piedra fueron esenciales en los vanos de
piedra resultantes que proporcionaron el sistema de soporte básico para una
catedral gótica, liberando el área entre los arcos del soporte del edificio.
Para el interior de la iglesia, estos "muros cortina" se suman a la
delicadeza, apertura, luz y verticalidad del espacio. El uso de bóvedas de
crucería para los techos de las catedrales complementó el arco apuntado como
elemento arquitectónico. Llevando el tema de los esbeltos elementos de piedra
desde el suelo hasta el techo, las bóvedas de crucería reforzaron la sensación
de altura y ligereza del edificio. En un sentido visual y estructural, estas
bóvedas conectaban varias columnas de piedra en todo el edificio, enfatizando
los elementos de piedra interconectados que produjeron un marco esquelético que
era tanto visualmente dramático como estructuralmente elegante.
El arbotante volador completó el trío de nuevas tecnologías únicas del
diseño gótico. En esencia, este tipo de contrafuerte, típicamente usado en el
exterior de una iglesia, ayudó a la fuerza estructural del edificio al
transferir el peso del techo de las paredes a estos elementos exteriores que
rodean el edificio. Estos contrafuertes se incorporaron de manera tan ingeniosa
en el diseño exterior de la catedral que se convirtieron en un sello distintivo
del estilo gótico. Al liberar a los muros de soportar gran parte del peso del
techo de la catedral, el arbotante volador permitió a los arquitectos
medievales perseguir su objetivo de alcanzar alturas interiores cada vez más grandes.
La combinación de estos elementos arquitectónicos creó una nueva
tecnología fuertemente influenciada por la religión, y uno de los estilos más impresionantes,
delicados, ornamentados y elegantes en la arquitectura: el estilo gótico. A pesar
de sus innovaciones arquitectónicas e impresionantes técnicas estructurales,
muchas de estas catedrales góticas de la Europa medieval se encuentran a punto
del colapse. Para salvar este tesoro arquitectónico, ingenieros, arquitectos, historiadores
y científicos de todas partes del mundo investigan los métodos utilizados para construirlas
originalmente. Definitivamente las catedrales góticas son una maravilla arquitectónica,
tanto por la experiencia sublime que ofrecen como por sus avances arquitectónicos
para su época; es por esto que debemos salvaguardarlas a toda costa y no
permitir que el tiempo borre su importancia.
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